La lástima, Leonor, la gran lástima no sos vos, una descastada sin abuela, ni el infeliz de Grimau con los cuernos de una vaca serrana: es Lucas. Un pibe que podía haber sido, si le hubiesen tocado un par de padres como la gente o simplemente normales, una bella esperanza para la Patria.
Por Mate Amargo
Milico Rememorativo
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