¿Qué tiene de honorable el que las Abuelas de Plaza de Mayo “recuperen” a sus nietos a cambio de que éstos se nieguen a sí mismos como personas? ¿Qué tiene de reparatorio, para el “recuperado”, el enviar a la cárcel (por apropiadores) a los padres adoptivos? ¿A semejante monstruosidad le llaman derechos humanos?
Por Mauricio Ortín
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