Bastaron dos declaraciones de la nonna Carlotto, tres insultos de Hebe de Bonafini, un alarido de Ricardito Alfonsín y una mala tapa de Página 12 para que Mauricio Macri, con la pusilanimidad que le es connatural, rectificara y diera marcha atrás en declarar la movilidad del feriado del 24 de marzo.
Por Nicolás Márquez
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