LA TORTURA A UN VALIENTE
Cualquiera tendría ataques de rabia y rebelión contra la injusticia de ser encarcelado con el escandaloso y único argumento de que, como ministro civil de un gobierno civil en la provincia, “debió saber” lo que ocurría en el ejército. Jaime Smart no, siempre calmo, como dispuesto a soportar la tribulación que Dios le mande, sea lo que fuere.
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