
Más allá del respeto que merecen las víctimas de la violencia política (tan frecuente en la Argentina, de un lado y del otro), existe la impresión que la sociedad argentina atrasa. Es un reloj roto, incapaz de conseguir una performance apropiada en el presente y mucho menos en el futuro.
Por RAM
VER NOTA COMPLETA
No hay comentarios:
Publicar un comentario