La renuncia de Carlos Reutemann y Roxana Latorre al bloque oficialista de senadores sorprendió a la familia Kirchner como un relámpago en cielo estrellado. La arrogancia y los delirios de poder a menudo nublan el análisis: por ese fenómeno suele afirmarse que Dios ciega a quien quiere perder.
Por Jorge Raventos
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