La película Che, estupendamente dirigida por Steven Soderbergh y muy bien actuada por Benicio del Toro, se compone de dos partes. La primera es muy aburrida y consigue adormilar al espectador más entusiasta. La segunda, verosímil y eficaz, transmite la imagen de un tipo fracasado que emprendió una aventura absurda que acabó costándole la vida, pero es buen cine.Por Carlos Alberto Montaner
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